ESOTERISMO > BLOG > CAMBIANDO NUESTROS PATRONES MAGNÉTICOS

CAMBIANDO NUESTROS PATRONES MAGNÉTICOS

26/08/2018

No es necesario decir o recordar los miles de “milagros” que se han producido en personas que dedicaban su vida a la oración o a la fe, es decir, de personas que estaban despiertas (tenían su atención y su consciencia) en las esferas del Alma. Hoy son muchos los experimentos realizados con el pensamiento y con la oración cuyos resultados han sido la alteración de la materia física. Es más, hay experimentos que demuestran que los rasgos personales quedan grabados y alteran la genética. Luego entonces, si sabemos que la voluntad puede gobernar a la mente y ésta a los deseos y a las emociones ¿Por qué no vamos a poder cambiar nuestros patrones energéticos para dejar de pensar en el pasado y así crear posibles oportunidades futuras? Ciertos experimentos han confirmado que los sentimientos y los pensamientos, no solo afectan a nuestra personalidad y a nuestra vida, sino que también lo hacen sobre el espacio y el tiempo, o sea, sobre el futuro.


No sé a cuántas de las personas que lean estos párrafos les habrá pasado pero yo tengo dos pruebas en mi vida que confirman este hecho, una de ellas podría estar relacionada con la fe, cuando en una carretera secundaria y a las tres de la madrugada me vi en unas circunstancias especialmente negativas pero, sin saber por qué, estaba seguro que alguien aparecería por algún sitio y me ayudaría; lo que así ocurrió con ciertos detalles especiales. La otra prueba está más relacionada con el hecho de “programar” o visualizar repetidamente durante un tiempo unas circunstancias o hechos que desde lo más profundo de mi corazón yo deseaba porque era muy importante para mí (pero pensando en el beneficio de otras personas) Yo estaba seguro que surgiría la oportunidad y que se cumpliría y así fue. Tanto en un caso como en otro mi mente trabajó para que se produjera un hecho futuro y, si bien podría decir que la fe, la oración, el agradecimiento de antemano a Dios y la auto-programación pudieron jugar algún papel en todo ello, lo cierto es que lo que yo deseaba y vivía como si ya se hubiera cumplido desde la conciencia del verdadero Yo o Alma, se me fue concedido.


Está claro que la rutina y la monotonía diaria y el hecho de expresar las mismas emociones y los mismos pensamientos, crean un arquetipo personal o campo energético de determinada vibración que estará en sintonía con algunas de las subdivisiones de los mundos emocional y mental. O sea, dependiendo del valor moral de los deseos y de las emociones así como del grado intelectual y espiritual que tengamos, así estarán nuestros cuerpos en sintonía (tanto en esta vida como después de la muerte) y se identificarán con esas regiones invisibles superiores. Si estamos muy dominados por los deseos y emociones inferiores llevaremos con nosotros y vibraremos de acuerdo a las vibraciones más bajas del mundo emocional. Si tenemos poco control mental y nuestra mente anda de un lado para otro sin que nos demos cuenta y sin que la observemos, vibraremos de acuerdo a las regiones inferiores del mundo del pensamiento donde hay más inconsciencia. Pero si nos esforzamos por pensar, sentir y actuar de una forma más elevada y positiva hasta el punto de crear una nueva personalidad, cuyo campo magnético coincida con las regiones superiores de ambos mundos, siempre tendremos muchas más posibilidades de “encontrar” una nueva realidad o de ser atraídos hacia una nueva situación. Para ello hay que observarlo todo con una nueva mente, hay que responder de diferente forma ante las circunstancias y experiencias, y hay que crear un nuevo estado mental como observador y creador de posibilidades en dichas regiones. Naturalmente que no se trata de pensar en el deseo de ser o alcanzar algo, sino de vivir como si lo fuéramos o como si lo hubiéramos alcanzado, porque sólo así podemos obtener una respuesta magnética de esas regiones espirituales.


Si seguimos actuando y expresándonos como siempre todos los resultados serán predecibles, pero si conseguimos que el mundo externo no gobierne el interno y que esa realidad rutinaria siga impidiendo que el verdadero yo despierte y cree voluntaria y conscientemente hechos positivos originales que rompan los esquemas cerebrales, entonces surgirá lo impredecible. Cuando, en vez de expresarnos de acuerdo al patrón rutinario de toda la vida somos creativos y vivimos en sintonía con los mundos espirituales, lo que estamos haciendo es pasar de “actuar” como efecto automático a “crear” causas conscientes. Si, además, incluso antes de obtener resultados  manifestamos gratitud, armonía y felicidad interna, lo estaremos lanzando hacia esas regiones para que, además de ayudar al mundo, el algún momento futuro obtengamos la correspondiente respuesta positiva. Si esas regiones y mundos están compuestos de materia influenciable y que responden a la voluntad del Alma, está claro que si cambiamos nuestros patrones magnéticos por otros derivados de una nueva manera de sentir y de pensar de acuerdo a un futuro lleno de positivismo, esa gran parte o porcentaje espiritual responderá a esta pequeña parte física. Cuando vibramos positivamente porque intentamos expresar sentimientos y pensamientos elevados, estamos siendo creadores de patrones magnéticos espirituales que, como sus creadores, nos traerán un mejor futuro. Es decir, cuando nuestra voluntad y mente creadora expresan consciente y voluntariamente la voluntad de Dios como nueva  forma de vida, las fuerzas espirituales responden.


Estamos hablando de un estado de consciencia “nuevo” en el que no nos dejemos influenciar por el pasado (problemas, disgustos, sentimientos y deseos negativos, etc.) ni donde podamos crear pensamientos negativos, porque si hacemos esto no podremos recibir nada nuevo sino más de lo mismo que expresamos. Esto es algo así como que al recordar un hecho pasado que nos causó sufrimiento, suframos otra vez o que, basándonos en un hecho que nos causó dolor en el pasado imaginemos que nos ocurrirá lo mismo en el futuro, ocurriendo entonces que los resultados o respuesta de las fuerzas ocultas sean siempre negativas. No podemos cambiar nuestros patrones de conducta y nuestra vida cotidiana si seguimos pensando y sintiendo igual y si aún nos dejamos dominar y nos expresamos de acuerdo a los recuerdos, problemas y sufrimientos del pasado. Pero menos avanzaremos aún si seguimos viendo todo a través de los sentidos sin ponernos en la posición de observadores y de pensadores, a la vez que nos identificamos con el mundo externo, con las emociones y con los pensamientos. Con el mundo del Alma, del verdadero Ego, sólo se puede contactar por medio de un perfecto y consciente control de la mente y de las emociones en cada momento presente o ahora; o sea, que al mundo del Alma hay que llegar como “no persona”.


Si estamos casi las 24 horas pensando en cosas sin importancia, en problemas, e incluso sin que el Yo se entere de lo que piensa la mente y de lo que siente el cuerpo ¿Cómo podemos esperar alguna respuesta positiva de los mundos superiores? La negatividad solo atrae negatividad, y lo que se piensa y se expresar inconscientemente tampoco puede traernos mucha ayuda. Vivir en el ambiente del Alma es algo así como cuando nos quedamos ensimismados y perdemos la noción del tiempo y del espacio. Y en un nivel algo más bajo es como intentar ser y ver a todo lo que nos rodea como lo vería el verdadero Ego. No podemos seguir viendo a las personas que nos han hecho daño como tal sino como Almas, no podemos ver el mundo según las experiencias que hayamos tenido en él; no podemos pensar en el futuro según los esquemas que tenemos guardados en el cerebro sino que debemos crearle desde esa posición de ensimismamiento y repetirlo a diario para luego llevarlo a la práctica. Es desde esta posición desde donde nos olvidamos de nuestro cuerpo físico y estamos plenamente atentos en cada ahora para expresar la nueva forma de sentir, de pensar y de ver la vida.

Comentarios